Los
buenos padres ayudan a que sus hijos desarrollen un plan que los dirija
hacia su propia y única personalidad. Para hacerlo, tienes que
realmente conocer a tu hijo. Es mejor para los padres invertir tiempo y esfuerzo en llegar a conocer y entender a sus hijos, observar sus hábitos y tendencias. Vale la pena.
La recompensa es el conocimiento íntimo de quien es realmente tu hijo, lo que constituye la base de los consejos que les ofreces a ellos.
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